jueves, 18 de marzo de 2010

Ensamble Gurrufío - El Cruzao (1994)






Gurrufío Chamber Ensemble es el nombre con el que, en 1984, Cristóbal Soto, Luis Julio Toro y Asdrúbal “Cheo” Hurtado bautizan un naciente proyecto musical, al que pronto se integra Jesús González en el contrabajo, músico que permanece poco tiempo en el grupo. Breve es también el lapso que tardará en consolidarse, entre una creciente audiencia, la denominación que hoy se ha convertido en sello de calidad e innovación: Ensamble Gurrufío;
agrupación que abre paso a un nuevo estilo instrumental venezolano, el que permite
tener como elemento fundamental lo espontáneo, lo inesperado, ese que da cabida a la improvisación y al virtuosismo de cada uno de sus integrantes, aquel que propone ejecuciones únicas e irrepetibles.
En 1989, se vincula a este virtuoso trío el contrabajista David Peña, quien se incorpora plenamente en 1991, año que marca un momento fundamental para el grupo al iniciar su proyección internacional con tres exitosas giras que los llevaron a diversas ciudades de Japón, Brasil y Estados Unidos. Presencia emblemática en la agrupación, además de cohesión y suerte, la entrada de Peña aportó la armonía y el conocimiento de las más arraigadas
tradiciones populares urbanas y el manejo de las expresiones musicales de origen afrovenezolano. Posteriores presentaciones en Colombia, Chile, las Antillas Holandesas, México, Alemania, España, Francia y el Reino Unido, entre otros países, han convertido al Ensamble Gurrufío en una referencia mundial de altísimo nivel de la música tradicional venezolana, a cuya riqueza ha aportado elementos contemporáneos que han hecho de Gurrufío una versátil propuesta popular-académica.
La edición en Venezuela de sus discompactos Maroa (1993), El Cruzao (1994) y El Trabadedos (1996), permitieron constatar la receptividad,
desde sus inicios, tanto del público como de la prensa hacia su proyecto musical. En 1998, editan Cosas del ayer, con un repertorio de música tradicional latinoamericana. En diciembre de ese mismo año, graban su primer CD en vivo y, a comienzos de 1999, se unen a la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho para realizar otra grabación, con arreglos para ensamble y orquesta de Paul Desenne y Vinicio Ludovic, con lo que logran una nueva y sorprendente sonoridad. Participaron también en la grabación del CD Tocando Tierra (junio 1999), producido por el sello disquero Latin World, junto a músicos de la talla de Bella Fleck, Edwin Colón Zayas y Abraham Laboriel.



Merecedor del premio Monseñor Pellín 1998, mención especial, por su aporte a la difusión de los valores culturales de nuestras regiones y a su gran profesionalismo, el Ensamble Gurrufío también recibió el Premio Nacional del Artista 1999 por el espectáculo, Ensamble Gurrufío:
15 años, que marcó un hito en este tipo de eventos en Venezuela. En agosto de 2001, sorprende a los melómanos con un disco de antología, Serenata con Gurrufío, impecable trabajo junto a Serenata Guayanesa. En 2002, Ensamble Gurrufío conmueve, nuevamente, el mundo cultural cuando en junio debuta en el Teatro Teresa Carreño, La Camerata Criolla, proyecto musical que une a algunos de los mejores
músicos de formación académica del país para explorar y explotar, en formato sinfónico, los elementos universales de nuestros géneros musicales. En 2002, lanzan Sesiones con Moisés Torrealba, trabajo donde la bandola de este virtuoso nacido en Barinas, en enero de 1978, conmueve hasta las entrañas con su enorme y sorprendente genio artístico.
A Cheo Hurtado en el cuatro y la bandola, David Peña en el contrabajo y Luis Julio Toro en la flauta, se uniría Juan Ernesto Laya en las maracas, en 1998, cuando Cristóbal Soto decide radicarse definitivamente en Francia. De esta manera, la agrupación mantiene su formación de cuarteto; pero no siempre fue así. Ensamble Gurrufío llegó a ser un quinteto cuando Jaime Martínez ingresa al grupo, en el año 2000, a cargo del oboe. Con la salida de Martínez en 2003, sin embargo, la flexible estructura de Gurrufío retoma el formato de 1998 y continúa cautivando
al público nacional e internacional, como sucedió en febrero durante sus presentaciones en el Barbican Center de Londres, Inglaterra, en 2001, y con el resonante éxito obtenido con su participación como invitado especial en la Mostra SESC: Latinidade, celebrada en agosto de 2003 en Sao Paulo, Brasil, así como en las tres funciones, ese mismo año, de “El reto: la leyenda de Florentino y el Diablo”, obra encargada por la agrupación al compositor Paul Desenne e interpretada en la sala José Félix Rivas del Teatro Teresa Carreño y en el Aula Magna de la Universidad
Central de Venezuela. En marzo de 2005, Gurrufío lanza al mercado, en un concierto memorable en los jardines del Centro de Arte La Estancia, Caracas, la grabación de esta obra, en el disco titulado El reto, en el que son acompañados por la Camerata Criolla, y cuentan con la participación especial de los cantantes William Alvarado, Argenis Sánchez y Francisco Pacheco, álbum de donde procede el tema promocional seleccionado para el catálogo VenezuelaDemo.
En la actualidad, este importante cuarteto se dispone a seguir sorprendiendo a las más diversas audiencias con su inagotable trabajo creador.

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