jueves, 21 de agosto de 2008

RIVERDANCE


Riverdance se estrenó en el concierto de Eurovisión Song Contest el 30 de abril de 1994, producido por Moya Doherty y John McColgan, participando con ellos la flamante bailarina Jean Butler y el experto en baile irlandés, Michael Flatley. También a su lado estuvo el compositor Bill Whelan que puso la música en ése espectáculo.



Contaron con la participación entre otros del grupo coral irlandés Anúna, en el comienzo del Riverdance, el Cloudsong (canto antes del baile). También participó la RTE Concert Orchestra asociada con músicos tradicionales.

El Cloudsong fue dirigido por el compositor Michael McGlynn. Anúna se crea en 1987 y hasta ahora sigue en pié dando conciertos alrededor del mundo. Es un inusual grupo coral de Irlanda y es conocido por las voces tan finas que posee. La cantante principal de Riverdance es Katie McMahon, también solista de Anúna.



En 1995 Riverdance actuó en el Point Theatre con la bailarina campeona de danza irlandesa, Jean Butler y Michael Flatley (quien en 1995 creó su grupo de baile: "The Lord of the Dance"). En 1996 hubo un concierto en el Radio City Music Hall donde Riverdance sacó su segundo vídeo con Jean Butler (coreógrafa original de Riverdance) y con Colin Dunne (compañero de Jean Butler) en el espectáculo. En el 2002 sacó otro vídeo con el espectáculo en Geneva Arena donde actuaron la bella bailarina Joanne Doyle y el talentoso Breandán Dé Gallaí.



Como decíamos antes después del éxito abrumador del espectáculo de escasos 5 minutos de danza irlandesa organizado en el festival de Eurovisión de Dublín en 1994, pensaron que sería bueno llevar la danza irlandesa y su música a todos los lugares del mundo. Así fue como el maestro compositor Bill Whellan extendió el tema de Riverdance hasta lograr un espectáculo de casi 100 minutos en el que se hace un recorrido por diferentes músicas del mundo en un espectáculo que las integra.
Para ello, Bill Whellan y la productora Moya Doherty eligieron a lo mejor de lo mejor en su estilo para dar vida a este espectáculo que estuvo en la cartelera del Point Theatre de Dublín durante 11 meses con el cartel de entradas agotadas.
Después de este enorme éxito decidieron dar el salto y probar suerte en el Radio City Music Hall de New York, donde también repitieron éxito.
Sin embargo algunas cosas cambiaron con respecto al espectáculo original. En primer lugar el bailarín principal, Michael Flatley, abandonó el espectáculo al negársele un mayor protagonismo y un mayor aporte económico, independizándose y creando el espectáculo The Lord of the dance.



Sin embargo fue sustituido por otro genial bailarin llamado Colin Dunne que ya había participado con él y con la bailarina Jean Butler en otros momentos.
Otro de los cambios que se producen por motivos de agenda es el de la prestigiosa coral de voces blancas Anúna que no puede detener su carrera discográfica por estar tanto tiempo en Nueva York. Por el mismo motivo el gaitero Davy Spillane no les acompaña en esta ocasión.
Sin embargo les siguen acompañando la bailaora española María Pagés, the Moscow folk ballet company, the riverdance irish dance trouppe, y la riverdance orquesta. Hay también nuevas incorporaciones de altísimo nivel como fue la violinista Eileen Ivers que había colaborado en multitud de grupos irlandeses, siendo el más destacado Cheries the Ladies, pero que llevaba varios años de éxito en solitario, y cuya maestría con el violín hace que Bill Whellan la conceda un tiempo propio en el espectáculo en Nueva York, siendo especialmente grato de ver el duelo que mantiene hacia el final del mismo con María Pagés a las castañuelas y un músico al bodhran.
El espectáculo no sigue un estricto hilo argumental, sino que vamos viajando por diferentes países con su estilo musical e interpretativo propios, e interlazados por bailes y músicas e origen celta. El resultado es un conjunto de ritmos y danzas ejecutadas con gran maestría y en algunos estilos que no estamos acostumbrados a ver. Jean Butler se mueve con maestría por el escenario con sus elaborados saltos y movimientos de piernas. Colin Dunne aporta una mayor alegría a la ejecución del baile que la que ofrecía Michael Flatley que ejecutaba su papel con perfección pero con demasiada prepotencia. El valet nos sorprende de nuevo con el ritmo de sus zapatos y el ritmo creado con ellos. La realización ha prestado un cuidado especial en ese sentido y podemos observar mucho más detenidamente el vertiginoso movimiento de los mismos y ha incorporado micrófonos a muchos más. El resultado es un subidón de música y movimiento que es difícil de captar con la vista y mucho menos con las palabras.
Mucha gente cree que el espectáculo en Nueva York es la cima de Riverdance, a pesar de las dificultades iniciales que se encontraron como fue la sustitución de bailarines y músicos, y encontrarse con un escenario con un suelo mucho más duro al que tenían en Dublín y no demasiado apto para este tipo de danza, lograron superar todo esto con las nuevas aportaciones y con un entusiasmo que logran transmitir. Después de este éxito Riverdance sigue funcionando con cuatro grupos realizando giras por todo el mundo. Hay un espectáculo por Europa, otro por Asia, uno en Las Vegas y otro por América. Sin embargo ya no queda nadie del repertorio original. María Pagés tiene un espectáculo propio en Barcelona, Jean Butler y Colin Dunne han tenido un espectáculo en Londres llamado Dancing on Dangerous Ground con un notable éxito. Eileen Ivers sigue con su exitosa carrera en solitario, y ya no están en cartel los número uno en su categoría.
El espectáculo se puede ver en un DVD que ha sido editado y reeditado en multitud de ocasiones y que es más fácil encontrar descatalogado que en las tiendas, pero que tarde o temprano vuelven a editar. Si podéis conseguirlo os lo recomiendo, mejor que el original en Dublín y que el posterior en Ginebra. También está muy bien el recopilatorio que lanzaron en ocasión del 10 aniversario de Riverdance y que cuenta su historia desde Eurovisión hasta nuestros días e incorpora los momentos más importantes del show.














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1 comentario:

Mia Frass dijo...

A pesar de que Michael Flatley era, bueno, en realidad es bastante ególatra...El y Jean Butler eran la pareja perfecta... Ambos virtuosos, ambos perfeccionistas,y tenian algo qe no me gusta de los actuales bailarines, ellos no estaban tan pendientes en impactar con gestos forzados a las cámaras, ellos lo hacian simplemente bailando. No podian opacarse entre si, tenian el mismo nivel de protagonismo...lo que generaba una tensión que impactaba,contrastando estilos...dando vida a Riverdance