Kolinda II 1977

Péter Dabasi: voice, guitar, tamboura, zither, gardon
Ferenc Kis: voice, violin, Turkish hautbois
lvàn Lantos: voice, bass, Turkish hautbois, pipes, percussions, gardon
Agnes Zsigmondi: voice, flutene 883010


01 Ilju haramia 3.15
02 Szerelem 13.52
03 Tanc 3.11
04 Csodafiu szarvas 7.07
05 Toredekek 11.40
06 Gigany hallgato 1.05



Artículo extraído de un comentario realizado por Dorotea.

Grupo húngaro cuya trayectoria comenzó a finales de los 70 y que después fue interrumpida con bastante frecuencia, aunque con esporádicos y fructuosos reencuentros. Fueron poco conocidos en general y muy poco apreciados en Hungría, su país, quizás por su “falta de purismo” a la hora de enfrentarse al folclore tradicional y a la música gitana, pues en este disco encontramos, con instrumentos sobre todo clásicos, unas voces, tanto masculinas como femeninas, excepcionales, y muchísimos elementos de jazz, además de alguno de rock. Hay que reconocer que se nota una cierta influencia del grupo francés Malicorne, uno de cuyos miembros fue el productor del disco.

La creación del sello discográfico Guimbarda, a finales de los años 70, fue una de las escasas aventuras de la industria discográfica española, fuera de los trillaados caminos de la canción melódica, la copla o el pop suficientemente representados en sellos nacionales como Belter, Novola, o Hispavox a la cabeza, o las filiales de RCA, EMi, Columbia, etc.

Dirigida con entusiasmo, conocimiento y amplitud de criterios por Manuel Domínguez, periodista curtido en mil batallas (la emisora radiofónica Onda Dos, la revista Ozono, etc.), publicó un puñado de impagables referencias de folk que cubrían un amplio panorama internacional: Británico con grupos como (Pentangle, Ralph McTell, Boys of the Lough, Dave Swarbrick, Bandogs...), irlandés ( Sweeney's Men, Dransfield, Na Fili), bretón (Alan Stivell, Dan Ar Bras), portugués (José Afonso, Sergio Godinho), francés (La Chifonnie, François Beranguer, La Bamboche), norteamericano (Stefan Grossman, Barbara Dane, diversas recopilaciones de blues..), italiano (Rosa Balistreri, Canzoniere Internazionale), húngaro (Kolinda), occitano (Rosina de Peira), gascón (Lambrusc)..., por citar unos cuantos de las cuatro o cinco docenas de discos que publicaron hasta su triste desaparición en un mercado que, a diferencia del europeo, no ha tenido nunca ni tradición ni una base mínima para la supervivencia de un sello exclusivamente dedicado a la música folk.

Los álbumes editados por Guimbarda eran un auténtico placer para el comprador. Algunos estaban en formato de carpeta doble y todos, sin excepción, tenían en su interior un amplio folleto con una introducción sobre el artista y las letras en original con su correspondiente traducción. Lo dicho: una feliz anomalía en España.